Normalmente entre que tengo una mala memoria y que conozco mucha gente en mi trabajo, no sé como se llaman la mayoría de mis compañeros, soy un completo desastre, pese a que siempre me saludan con un ¡hola Enrique! antes de meter la pata, ante la duda la mas peluda, hace tiempo que determiné contestar con un ¡hola campeón! para los varones y un ¡hola bonica! para las féminas.
Esta fea norma se ha convertido en costumbre, ahora cuando veo uno de mis amigos que ya son padres y no tengo ni idea si sus hijos son chicos o chicas, les pregunto ¿que tal la criatura? y salgo del paso, aunque claro muchas veces las criaturas ya son mayores de edad…. Sigue leyendo